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Hace 1 año
Blog dedicado a los beneficios de la relación que establecen los niños con las mascotas

diferentes afecciones físicas y mentales. Se han demostrado en numerosas ocasiones sus resultados positivos: niños autistas, incapaces de mostrar afecto hacia sus seres más allegados, son capaces de abrazar a su caballo; jóvenes en silla de ruedas han logrado caminar; niños hiperactivos logran alcanzar estados de relajación... son algunos de los “milagros” que el trote de un caballo puede llegar a conseguir.
erapia está en cómo los delfines transmiten sus sonidos de ondas alfa a través de su "ecolocalización", es decir, mediante el recurso con que la naturaleza les ha provisto para capturar presas y reconocer su entorno. De su "sonar" salen sonidos que influyen directamente en nuestro sistema nervioso, primero nos escanean para ver cómo estamos, de una manera "holística", es decir, en nuestras tres dimensiones, corporal, mental y también en nuestro sistema de valores. Y si el momento es adecuado comenzarán a mandar ondas capaces de equilibrarnos y hacernos sentir muy bien, muy a gusto.

animal será el más indicado. Si el que prefiere el niño no puede ser, debemos explicarle el porqué y encontrar alguna alternativa. Y si no podemos hacernos cargo de una mascota, no debemos perder de vista la necesidad que tiene el niño de estar en contacto con los animales y ofrecerle alternativas.Una vez decidido el animal que compraremos, tendremos que repartir las tareas que hará cada miembro de la familia. Este reparto debe tener en cuenta las posibilidades de cada uno y, por supuesto, la edad del niño. Nuestro hijo debe responsabilizarse de las tareas que haya escogido. Si al cabo de un tiempo deja de hacerse cargo del animal, tendremos que hablarlo con él para conocer la causa y saber cómo proceder.En el caso de que la mascota muera, es importante aceptar la tristeza de nuestro hijo, entenderla y ayudarle a expresarse. No conviene quitarle importancia; quizá es la primera muerte que experimenta y puede costarle un tiempo asimilarlo. A veces, puede ir bien hacer alguna ceremonia para despedirnos del animal. Consejos prácticos Antes de adquirir un animal es importante que nos informemos sobre éste: necesidades, alimentación, espacio, vacunas, higiene, comportamiento, etc. Partiendo de la edad de nuestro hijo, será más adecuado un animal u otro. Hasta los 3 años serán incapaces de cuidar de un animal pero a partir de los 4 ya podrán dar de comer o beber (aunque tengamos que recordárselo) a un animal que requiera pocas atenciones, por ejemplo un gato, un hámster, un conejo o un pez, e incluso ayudarnos a limpiar la jaula o la pecera. En el caso de los perros, lo m
ejor es esperar a los 6 años y elegir uno de raza pequeña. A esta edad podrá encargarse totalmente de su alimentación. Al adquirir el animal debemos saberlo todo acerca de las vacunas, los parásitos y las medidas higiénicas que tenemos que adoptar para prevenir enfermedades.
pueda encargarse un poco menos del animal. Si vemos que no tiene tiempo aprovecharemos para replantearnos las responsabilidades de cada uno y volveremos a repartir tareas.Cuando el animal fallece, lo más importante es ponernos en el lugar de nuestro hijo.Tal vez sea la primera muerte a la que tenga que hacer frente y, como los adultos, nuestro hijo pasará por una etapa de duelo que debemos aceptar, entender y apoyar. No cometamos el error de quitarle importancia: a nuestro hijo no le servirá de consuelo y además sentirá que no le entendemos.